No vi completa la primera temporada y ahora, en medio de la segunda, más allá de escribir sobre las actuaciones -estupendas- o el guión -inteligente, sólido, considerando el handicap que resulta construirlo sobre una psicoterapia y sostener el interés con las 'grandes cantidades' de acción que ocurren ahí- o sobre la propuesta -el esquema innovador de utilizar la franja lunes a viernes con un paciente por día y el terapeuta yendo a su sesión los viernes, que permite seguir la serie de una manera nueva- o sobre lo que no puedo llamar de otra manera que su minimalismo -la elaboración consistente de la única locación de la serie, soltando con todo el ritmo el universo alrededor, insinúandolo a medida que pasan los capítulos- o de, derechamente, dedicarle unas líneas a las terapias en sí -¿que sabe qué? a usted y a todo el mundo le vendría bien una-; lo que les escribo es una recomendación: sigan ésta serie, está buena.
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