Escribe Carlos Cardoza S.
Ingeniero de profesión, malcriado en el seno de la familia Cardoza, buenos pa la cueca.
Y es que en este lugar incrustado en un barrio bravo y pendenciero, que hace más de un siglo mezcló aristocracia, conventillos, inmigración rural, bohemia y remolienda; la cueca es reina y señora de la fiesta, contagiando con su ritmo a nacionales y extranjeros, aunque nada sepan de compaces.
Con más de 50 años “El Huaso Enrique” está vigente y con su halo a chingana del siglo pasado, aquella que provoca nostalgia de lo no vivido, atrae un importante número de jóvenes que se dejan llevar por el apasionado ritmo de la cueca, cantada por cantores que viven la misma adolescencia.
Nota del Editor: En Maipú 462 queda este lugar de cuecas bravas, recomendable para el que quiera participar de 'lo chileno', disfrutando el presente del baile nacional, bailándose una patita, la penúltima maestro, una cuequita. Moderno, progresista, urbano: alejado de la fosilería (como dice mi abuela) de la cueca otrora asociada al pinochetismo.
Ingeniero de profesión, malcriado en el seno de la familia Cardoza, buenos pa la cueca.
"Yo creo que la cueca la inventó Satanás, porque es ardiente, fogosa; y al mismo tiempo fina, arrogante y dicharachera."
Nano Núñez
¡Lo que aquí suena es seis por ocho!, ¡seis octavos!. -Le digo al Mexicano, intento explicarle la abrumadora diferencia entre una canción del folclore mexicano, reproducida desde su ipod, y la cueca que suena a raudales. ¡Al mexicano le suena igual!- ¡Es otra cosa! -insisto- ¡Es la cueca chilena po Huevón! -me rindo agitando un pañuelo-.Y es que en este lugar incrustado en un barrio bravo y pendenciero, que hace más de un siglo mezcló aristocracia, conventillos, inmigración rural, bohemia y remolienda; la cueca es reina y señora de la fiesta, contagiando con su ritmo a nacionales y extranjeros, aunque nada sepan de compaces.
Con más de 50 años “El Huaso Enrique” está vigente y con su halo a chingana del siglo pasado, aquella que provoca nostalgia de lo no vivido, atrae un importante número de jóvenes que se dejan llevar por el apasionado ritmo de la cueca, cantada por cantores que viven la misma adolescencia.
Nota del Editor: En Maipú 462 queda este lugar de cuecas bravas, recomendable para el que quiera participar de 'lo chileno', disfrutando el presente del baile nacional, bailándose una patita, la penúltima maestro, una cuequita. Moderno, progresista, urbano: alejado de la fosilería (como dice mi abuela) de la cueca otrora asociada al pinochetismo.
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