jueves, junio 11

¿Pa' donde va? -me dice el taxista.


Hay taxistas que quieren saberlo altiro, me refiero a que en el momento exacto en que te subes, te preguntan.

Yo a veces no sé a dónde voy, ¿pueden creerlo?, me subo y tengo que procesar un rato para comunicarle el destino.

Y el taxista mantiene el auto en suspención mientras no lo sepa. No inicia el taxímetro, no pone la máquina en movimiento sin conocer la respuesta. Yo le digo algo ambigüo como 'derecho por thayer ojeda', y no le alcanza, tenazmente dice '¿y hasta dónde?', y le caga la onda escuchar cosas del tipo 'yo le voy indicando a medida que avancemos', lo ves ahí en el retrovisor frunciendo el ceño, frustrado. Pobre.

Yo creo que debe ser porque que conoce el camino más corto, aún cuando sabe que hay colegas que no tienen puta idea, él sí conoce la ruta óptima.

'Hasta pío décimo' -termino ordénandome.

Y sonríe, porque comienza a disfrutar llevarte, te dice 'jugó bien chile ayer' y tu comentas el partido, entonces te ofrece la cuarta, y al rato te pregunta '¿y a qué se dedica usted?' y ahí tu entiendes que le importa un pico el taco, ahí cuando te cuenta sus razones para manejar el taxi, la libertad del volante, que no tiene jefes, pero que el paradero está re malo y que el dueño del radiotaxi es un cabrón hijo de puta.

Hasta que lelgaste a pío décimo, le das lo que marca el taxímetro y le dices 'hasta luego' y él, sonriente, 'que tenga un buen día'.

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