Lo que se conoce en ingeniería como 'mejora continua' tiene un gran ejemplo en Javiera Mena. La he visto arriba del escenario desde el 2006 y lo de ella evoluciona siempre; puntos débiles de antes, constituyen fortalezas de ahora. Genial.
Ayer en la noche apareció con propiedad, bien vestida, guapa, convencida, sin desafinar, con un buen apoyo visual, tocando múltiples instrumentos, bien acompañada; lo que se dice 'llenando el escenario'.
Era la despedida de 'Esquemas Juveniles', un disco en que queda clara su capacidad para establecer melodías, un disco bueno, un disco de 12 canciones con 10 que te gustan y, también, un disco que deja atrás en el momento preciso y de la manera precisa (anunciando la silueta del nuevo, una canción para decirnos que ya esta a punto, que está casi listo: me interesa mucho escucharlo)
Viendo a Javiera pienso: En un momento ejecuta el piano con soltura, evoca amor con su voz, se compenetra con la noche estrellada que proyectan los visuales; nos deslumbra con total fluidez, pero eso no se sostiene en el tiempo, porque así como antes desafinaba (realmente estuvo impecable esta vez) de pronto se le cae un instrumento, o el dedo da lejos del acorde. En eso pienso, como de la belleza a la torpeza hay un paso en falso que Javiera a veces da.
La calidad de lo que ella hace, algo que MC resumiría con la frasesita 'sentido musical' (aunque a Javiera nunca se lo reconoció), le permite errar como le ocurre, ser desprolija de vez en cuando, desconcentrarse, como ella misma dijo luego de que le cantasen cumpleaños feliz (¡feliz cumpleaños Javiera!), pero a mi no me engaña: eso es una decisión que ella ha tomado, una opción, una rebeldía, es algo que Javiera Mena hace aproposito y no le agrega mucho valor... quizá por qué lo hace, miedo al éxito diría el terapeuta de una ex, en fin: asúmelo Javiera, dejaste los esquemas juveniles, ¿o no?... Quizá ahora, con el disco nuevo, con la evolución constante.
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